martes, 16 de febrero de 2016

Deficiente información sobre los bienes inventariables del Estado. ¿Para cuando la “transparencia”?


En un post que publiqué en TRyS  en 2013 confiaba en que la Ley de Transparencia, entonces en tramitación, pudiera suponer un paso definitivo para conocer el patrimonio inmobiliario de las administraciones y muy especialmente el número de viviendas de titularidad pública y el uso que se les esté dando en cada momento.

El pasado mes de enero el Tribunal de Cuentas ha emitido su “Informe de fiscalización de la gestión y control contables del inmovilizado material de la Administración del Estado”  en el que, junto con otras muchas deficiencias de la Central de Información de Bienes Inventariables del Estado (CIBI), denuncia que:

“Se ha observado la existencia de dos grupos de bienes cuya gestión y control corresponde al Ministerio de Fomento que no están inventariados:

− Viviendas de la DGAVS (antigua DGVAU). Este órgano no dispone de un inventario de los bienes cuya gestión y administración tiene atribuidas según la disposición adicional decimonovena de la LPAP (en términos generales, viviendas del extinguido Instituto para la Promoción de la Vivienda), lo que repercute tanto en la información que sobre ellas debería reflejarse en CIBI como en los saldos del Inmovilizado material de la AGE.

Esta falta de inventario se debe a que la DGAVS desconoce la totalidad de las viviendas de titularidad pública cuya gestión le corresponde, encontrándose en un proceso de obtención y depuración de la información que sobre viviendas de titularidad de la AGE existe en los diversos Registros de la Propiedad. Este proceso no está siendo coordinado con la DGPE, como órgano responsable de la gestión de CIBI.”

Dos años después de la aprobación de la Ley de Transparencia y a pesar de los requerimientos que, en relación con los patrimonios públicos de vivienda, han hecho las Oficinas de los Defensores del Pueblo a las Comunidades Autónomas, sigue siendo necesario reclamar el derecho a conocer el patrimonio público, costeado por todos los ciudadanos, y, en el caso de las viviendas, exigir especialmente una más eficiente utilización de un recurso público especialmente necesario en momentos como el actual, con graves urgencias sociales.

Hay que volver a recordar que el déficit de información no es consecuencia de la falta de medios o de hipotéticas dificultades técnicas. Es, sencillamente, un problema de voluntad política.

lunes, 18 de enero de 2016

La venta del suelo público o cómo anteponer el precio de un solar al valor de la ciudad.



En los Blogs TerritorioyVivienda y La vivienda: más madera se han publicado recientemente sendas reflexiones cuestionando la aprobación por parte del Ayuntamiento de Madrid del Plan Parcial de Reforma Interior de la calle Raimundo Fernández Villaverde, 50 en el que se construirán 355 viviendas de lujo.

Los medios lo han publicitado como la culminación de un caso más de venta de un suelo público por el que se obtiene un elevado precio a pesar de que la situación del mercado no sea la más favorable (111 millones de euros que ingresa el Ministerio de Defensa). No parece haber sensibilidad ante la incalculable, pero sí imaginable, pérdida del valor que otros usos dotaciones públicos de ese solar podrían haber aportado como mejora de la ciudad, de la calidad de vida de todos los madrileños actuales y futuros.

Las decisiones de Defensa y del Ayuntamiento de Madrid favorecen a un reducido grupo de ciudadanos que van a poder disfrutar de una vivienda de lujo en un emplazamiento privilegiado, haciendo a la vez una lucrativa inversión. Aceptando que se trata de intereses lícitos, estos ciudadanos podrían haberlos satisfecho con la oferta ya existente en la ciudad, incluso en la misma zona.

Sin entrar en los detalles concretos de la venta o del Plan Parcial, hay que preguntarse cómo los responsables del Urbanismo de Madrid pueden justificar estas pérdidas de patrimonio público contrarias a la defensa del interés general


viernes, 18 de diciembre de 2015

Dinámica demográfica y necesidad de viviendas

La población de cualquier territorio cambia constantemente de tamaño pero también, y sobre todo, de composición. Ya Platón en “La República” explica que no sólo importa cuántos habitantes hay sino también cómo son esos habitantes. Una obviedad que, sin embargo, suele ignorarse también cuando se habla de vivienda. El crecimiento del número de habitantes es información insuficiente y puede ser engañosa: la variación del tamaño de ciertos grupos de edad que refleja la superposición de pirámides anuncia que, irremediablemente, durante los dos próximos decenios irán llegando a la edad de emancipación (25-39) generaciones menos numerosas y, por el contrario, serán cada vez más nutridas las correspondientes a los hogares unipersonales próximos a su desaparición (>75).



A la pregunta sobre las necesidades de viviendas la respuesta de la demografía tiene que ser en número de hogares. Si nos preguntamos por las necesidades para satisfacer el “derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada” (art. 47, CE), tampoco será suficiente con la variación del número de hogares. Cada hogar, en razón de sus características, tiene unas necesidades específicas de vivienda, que, al menos, se tendrían que diferenciar por su localización, su tamaño, el precio y el régimen de cesión. Aun cuando es una práctica muy frecuente, es técnicamente incorrecta y falaz la simplificación que supone hablar de necesidad de vivienda a nivel nacional y como si se tratara de un bien unívoco, indiferenciado. Las características de las viviendas, muy especialmente su localización, pueden hacerlas inútiles para alojar a según qué hogares.

La oferta de viviendas debería ser consecuencia de la dinámica de hogares y no al revés. Sin embargo, la política de vivienda y el mercado inmobiliario han centrado su interés en la producción de viviendas.

También es un error frecuente considerar que la dinámica demográfica actúa únicamente por factores intrínsecos, como si no interactuase con otros  factores sociales y económicos.

Para estimar las necesidades de viviendas hay que comenzar por delimitar correctamente los ámbitos espaciales y temporales en los que se localizan y se generan los hogares. El crecimiento del número de hogares en un ámbito territorial determinado es la suma de los flujos de aparición, desaparición, entradas y salidas de hogares y la estimación de esos flujos es la base para cuantificar las necesidades de vivienda principal. Los dos primeros componentes están íntimamente vinculados a la pirámide de población, que en el caso de la población española y con carácter general, anuncia una progresiva reducción de los flujos de aparición de nuevos hogares por emancipación y un incremento de las desapariciones por extinción.

Las entradas y salidas de hogares de cada ámbito concreto son migraciones que responden a los factores locales de atracción o expulsión por el mercado inmobiliario y, en menor medida, por el mercado de trabajo; esos posibles saldos de hogares nos sitúan ante un panorama mucho más diverso, complejo e incierto, que habrá que estimar por ámbitos, a nivel local.  


miércoles, 9 de diciembre de 2015

"UN PAÍS DE AHORRADORES": La vivienda es un complemento a la pensión según el Gobernador del Banco de España




El Gobernador del Banco de España, Luis María Linde,  en su comparecencia en la Comisión Económica del Congreso de los Diputados el 24 de junio de 2015, hizo las siguientes declaraciones, según la noticia publicada por www.antena3.com, procedente de la Agencia EFE.
"Linde se ha mostrado de nuevo partidario de complementar el sistema público de pensiones con uno privado, porque la mera aplicación del sistema actual llevará "de modo inexorable" y por parámetros demográficos a la reducción de las prestaciones en términos reales…“ "… una parte importante de la pensión en España se cobra en especie porque es uno de los pocos países en Europa con una elevada proporción de jubilados con casa propia."

En el vídeo que acompaña a la noticia de www.antena3.com el Gobernador del Banco de España dice lo siguiente:
España es un país en el que hay una más alta proporción de jubilados que tienen casa propia. Han ahorrado toda su vida y han pagado su hipoteca y tienen casa propia y eso es parte de su pensión de jubilación. No es igual estar jubilado y tener que pagar un alquiler que estar jubilado y tener una casa propia. Por consiguiente, en España una parte importante de la pensión de jubilación en realidad se cobra en especie...

En España hay una proporción de jubilados con casa propia del 70% en Alemania está en el 40%, por consiguiente los españoles pueden ahorrar en forma de plan de pensiones y han ahorrado sin que nadie les pida ni les explique porqué hay que hacerlo. Han ahorrado durante muchos años, muchos decenios, al comprarse una casa, de manera que al jubilarse tienen una casa propia. Esta es una característica muy peculiar, muy interesante de nuestro sistema de pensiones que nunca se habla de ello, por supuesto"
 (la transcripción y las negritas son nuestras)


La compra de la vivienda es una forma de ahorro y, hasta el estallido de la última burbuja inmobiliaria, ha sido considerada como una magnifica inversión por la inmensa mayoría de los hogares. Sin entrar ahora en matizaciones sobre la conveniencia para la economía familiar de esa forma de inversión y de ahorro, sí que conviene reflexionar sobre la interpretación (¿advertencia?) del Gobernador del Banco de España, que ve en el ahorro de los españoles un alivio para el Sistema Nacional de Pensiones.
Ya sabemos que la vivienda en propiedad ha hecho de España un país de ahorradores, pero ello tiene muchas más implicaciones de las que apunta el sesgo simplificador e interesado que le da el Sr. Linde. Siguiendo el argumento del Sr.Linde ¿podría decirse que los trabajadores propietarios de su vivienda reciben una parte de su salario en especie?


Otras reflexiones sobre este mismo tema:
Vinuesa, J. (2013) El festín de la vivienda. Auge y caída del negocio inmobiliario. Díaz @ Pons, Madrid, p. 73 ss.

Vinuesa, J. (2006) “La vivienda en propiedad: patrimonio familiar y activo financiero”, en Puyol, R y Abellán, A (Coord) Envejecimiento y dependencia. Una mirada al futuro de la población española. Madrid. Mondial Assístanse, pp. 32-49.