viernes, 18 de diciembre de 2015

Dinámica demográfica y necesidad de viviendas

La población de cualquier territorio cambia constantemente de tamaño pero también, y sobre todo, de composición. Ya Platón en “La República” explica que no sólo importa cuántos habitantes hay sino también cómo son esos habitantes. Una obviedad que, sin embargo, suele ignorarse también cuando se habla de vivienda. El crecimiento del número de habitantes es información insuficiente y puede ser engañosa: la variación del tamaño de ciertos grupos de edad que refleja la superposición de pirámides anuncia que, irremediablemente, durante los dos próximos decenios irán llegando a la edad de emancipación (25-39) generaciones menos numerosas y, por el contrario, serán cada vez más nutridas las correspondientes a los hogares unipersonales próximos a su desaparición (>75).



A la pregunta sobre las necesidades de viviendas la respuesta de la demografía tiene que ser en número de hogares. Si nos preguntamos por las necesidades para satisfacer el “derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada” (art. 47, CE), tampoco será suficiente con la variación del número de hogares. Cada hogar, en razón de sus características, tiene unas necesidades específicas de vivienda, que, al menos, se tendrían que diferenciar por su localización, su tamaño, el precio y el régimen de cesión. Aun cuando es una práctica muy frecuente, es técnicamente incorrecta y falaz la simplificación que supone hablar de necesidad de vivienda a nivel nacional y como si se tratara de un bien unívoco, indiferenciado. Las características de las viviendas, muy especialmente su localización, pueden hacerlas inútiles para alojar a según qué hogares.

La oferta de viviendas debería ser consecuencia de la dinámica de hogares y no al revés. Sin embargo, la política de vivienda y el mercado inmobiliario han centrado su interés en la producción de viviendas.

También es un error frecuente considerar que la dinámica demográfica actúa únicamente por factores intrínsecos, como si no interactuase con otros  factores sociales y económicos.

Para estimar las necesidades de viviendas hay que comenzar por delimitar correctamente los ámbitos espaciales y temporales en los que se localizan y se generan los hogares. El crecimiento del número de hogares en un ámbito territorial determinado es la suma de los flujos de aparición, desaparición, entradas y salidas de hogares y la estimación de esos flujos es la base para cuantificar las necesidades de vivienda principal. Los dos primeros componentes están íntimamente vinculados a la pirámide de población, que en el caso de la población española y con carácter general, anuncia una progresiva reducción de los flujos de aparición de nuevos hogares por emancipación y un incremento de las desapariciones por extinción.

Las entradas y salidas de hogares de cada ámbito concreto son migraciones que responden a los factores locales de atracción o expulsión por el mercado inmobiliario y, en menor medida, por el mercado de trabajo; esos posibles saldos de hogares nos sitúan ante un panorama mucho más diverso, complejo e incierto, que habrá que estimar por ámbitos, a nivel local.  


miércoles, 9 de diciembre de 2015

"UN PAÍS DE AHORRADORES": La vivienda es un complemento a la pensión según el Gobernador del Banco de España




El Gobernador del Banco de España, Luis María Linde,  en su comparecencia en la Comisión Económica del Congreso de los Diputados el 24 de junio de 2015, hizo las siguientes declaraciones, según la noticia publicada por www.antena3.com, procedente de la Agencia EFE.
"Linde se ha mostrado de nuevo partidario de complementar el sistema público de pensiones con uno privado, porque la mera aplicación del sistema actual llevará "de modo inexorable" y por parámetros demográficos a la reducción de las prestaciones en términos reales…“ "… una parte importante de la pensión en España se cobra en especie porque es uno de los pocos países en Europa con una elevada proporción de jubilados con casa propia."

En el vídeo que acompaña a la noticia de www.antena3.com el Gobernador del Banco de España dice lo siguiente:
España es un país en el que hay una más alta proporción de jubilados que tienen casa propia. Han ahorrado toda su vida y han pagado su hipoteca y tienen casa propia y eso es parte de su pensión de jubilación. No es igual estar jubilado y tener que pagar un alquiler que estar jubilado y tener una casa propia. Por consiguiente, en España una parte importante de la pensión de jubilación en realidad se cobra en especie...

En España hay una proporción de jubilados con casa propia del 70% en Alemania está en el 40%, por consiguiente los españoles pueden ahorrar en forma de plan de pensiones y han ahorrado sin que nadie les pida ni les explique porqué hay que hacerlo. Han ahorrado durante muchos años, muchos decenios, al comprarse una casa, de manera que al jubilarse tienen una casa propia. Esta es una característica muy peculiar, muy interesante de nuestro sistema de pensiones que nunca se habla de ello, por supuesto"
 (la transcripción y las negritas son nuestras)


La compra de la vivienda es una forma de ahorro y, hasta el estallido de la última burbuja inmobiliaria, ha sido considerada como una magnifica inversión por la inmensa mayoría de los hogares. Sin entrar ahora en matizaciones sobre la conveniencia para la economía familiar de esa forma de inversión y de ahorro, sí que conviene reflexionar sobre la interpretación (¿advertencia?) del Gobernador del Banco de España, que ve en el ahorro de los españoles un alivio para el Sistema Nacional de Pensiones.
Ya sabemos que la vivienda en propiedad ha hecho de España un país de ahorradores, pero ello tiene muchas más implicaciones de las que apunta el sesgo simplificador e interesado que le da el Sr. Linde. Siguiendo el argumento del Sr.Linde ¿podría decirse que los trabajadores propietarios de su vivienda reciben una parte de su salario en especie?


Otras reflexiones sobre este mismo tema:
Vinuesa, J. (2013) El festín de la vivienda. Auge y caída del negocio inmobiliario. Díaz @ Pons, Madrid, p. 73 ss.

Vinuesa, J. (2006) “La vivienda en propiedad: patrimonio familiar y activo financiero”, en Puyol, R y Abellán, A (Coord) Envejecimiento y dependencia. Una mirada al futuro de la población española. Madrid. Mondial Assístanse, pp. 32-49.

sábado, 5 de diciembre de 2015

“Todos propietarios de la vivienda”.


Una de las características más diferenciadoras de la sociedad española con respecto a los principales países europeos es la alta proporción de propietarios de vivienda. Prácticamente no existe oferta de vivienda en alquiler y, desde hace muchos decenios, vivienda y propiedad se han convertido en términos indisociables. Pero no siempre ha sido así. Hasta mediados del siglo pasado, la mitad de los hogares vivían en alquiler, pero desde finales de los años 50 el alquiler se fue concibiendo como una solución precaria.
Se presentan aquí dos textos correspondientes a discursos del primer Ministro de la Vivienda, el falangista y arquitecto José Luis de Arrese, que quizás ayuden a comprender el origen del “todos propietarios de la vivienda”.
El primer párrafo corresponde al “Discurso ante las Cortes Españolas, presentando el Plan de Urgencia Social de Madrid”,  el 6 de noviembre de 1957 

..."Dejo a un lado la venta de pisos, aunque hoy absorbe casi por completo el negocio de la construcción, porque no es una tercera fórmula, ni siquiera una posible solución al problema de la escasez, sino un fenómeno surgido precisamente de la escasez y encaminado a aprovecharse de ella. La venta de pisos solo ha conseguido imponerse al amparo de unas disposiciones que taponaban la salida de la iniciativa privada hacia la forma lógica y normal de la renta, y su aparición, por tanto, denuncia más el defecto de un sistema que la virtud de otro.”
El ministro critica el predominio de la venta en la oferta de vivienda privada por la escasa rentabilidad que permite la normativa sobre alquileres: la “renta limitada”.
Arrese, José Luís de. (1959). “Política de Vivienda (textos y Discursos)”. Madrid: Talleres Gráficos “Expres”, p.101 

El segundo texto es de dieciocho meses después, pertenece a un acto con los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria y fue publicado en el ABC. El titular es suficientemente expresivo del cambio de orientación.
 En su discurso el Ministro clamaba por que

“…la vivienda sea del que la vive”  ya queen ello está el servicio a la causa común de lograr la armonía de todos en la paz de un hogar fijo y estable”.

Y añade que hay que
“… considerar superado el sistema de "Renta Limitada" para alcanzar la etapa ideal de la "Venta Limitada". Venta para que, a través de ella, se facilite el rápido acceso del hombre a la propiedad de lo que está más íntimamente ligado a su propia personalidad y a la existencia de su propia familia. Limitada, para evitar que el apetito desordenado de alguno malogre este encuentro del hombre con su contorno”
“… no, queremos una España de proletarios, sino una España de propietarios.”

Quizás estos textos ayudan a entender unos comienzos “ideológicos” que perseguía asegurar la estabilidad social y política en los años 50, pero después y de una forma progresiva la explicación hay que buscarla en los intereses económicos que han convertido a la vivienda en un activo económico de especial importancia para los sectores financiero, inmobiliario y de la construcción, pero también para las administraciones públicas y para las economías familiares.