La calidad de vida de los países más ricos está respaldada por una amplia gama de productos y servicios, la educación y la sanidad especialmente, sin embargo no se ha conseguido asegurar el derecho a disfrutar de una vivienda. Pero, pese a lo que algunos puedan pensar, la oferta insuficiente de vivienda adecuada a un precio asequible no es un problema específico de los tiempos actuales. Por el contrario, el de la vivienda es un problema muy antiguo que, más o menos agudizado, tiene carácter crónico y universal.
Algunas breves referencias al pasado, lejano y más reciente, pueden ser ilustrativas de que estamos ante algo estructural, más allá de los factores y las soluciones coyunturales.
Hace 150 años Federico Engels decía que el "problema de la vivienda", al que la prensa estaba dedicando mucha atención, no era privativo de aquellos tiempos sino que las carencias con la vivienda ya habían sido padecidas por las "clases oprimidas" anteriormente.
Mas o menos por las mismas fechas, en el Diario Oficial de Avisos de Madrid (30/11/1871) se podía leer: “Las casas están por las nubes, pues un miserable tugurio sobre el tejado cuesta lo que hasta hace poco costaba un piso cómodo y ventilado” (2). Hace siglo y medio, en un contexto social y económico muy diferente al actual, también se padecía bruscos encarecimientos de la vivienda.
Son muy ilustrativos los artículos de Eduardo Montagut sobre algunos escritos y conferencias del socialista Julián Besteiro acerca del los problemas de la vivienda en torno a 1920. Cien años después puede decirse que el problema, sus causas, síntomas y las propuestas para solucionarlo…, con las lógicas peculiaridades de épocas muy diferentes, se perpetua en lo esencial.
Tras la Guerra Civil, durante tres largos decenios, la capacidad de construir viviendas en España estaba por debajo de las necesidades que generaba el éxodo rural. En las principales ciudades no había vivienda para todos y las que se construían, además de tener deficiencias de calidad, obligaban a vivir a las familias en condiciones próximas al hacinamiento. El cartel descriptivo de una promoción de viviendas en Barcelona muestra que la superficie disponible media por persona rondaba los 10 m2c.
(1) El problema de la Vivienda, Barcelona, Gustavo Gili, 1974. (Artículos publicados en 1872-1873)
(2) citado en Paniagua, J:L., (2003) “La necesidad de intervención pública en materia de suelo y vivienda”. Papeles. Revista de Investigación Marxista. pp. 97
(4) Ley 6/1998, de 13 de abril, sobre régimen del suelo y valoraciones.
(5) https://es.wikipedia.org/wiki/Burbuja_inmobiliaria_en_Espa%C3%B1a
(6) Área de Información Estadística. Aytº de Madrid (M. Transportes, Movilidad y Agenda Urbana)
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