viernes, 15 de agosto de 2025

DINÁMICA DEMOGRÁFICA Y VIVIENDA: DE UN PASADO EXPANSIVO A UN FUTURO ADAPTATIVO

 La vivienda en España se ha debatido, históricamente, en los términos de una relación simplista: más población requiere más construcción. Esta visión, anclada en un modelo de desarrollo expansivo, ha configurado un parque residencial que hoy, bajo la lente de un análisis riguroso, revela una profunda desconexión con la realidad sociodemográfica de nuestro tiempo y con las exigencias de una movilidad sostenible. La urgencia de una reorientación en la política de vivienda no es solo una cuestión de mercado, sino un imperativo ético y social para garantizar, de forma efectiva, el derecho constitucional a una vivienda digna y adecuada.

Hay que superar la inercia de un mercado inmobiliario centrado en la cantidad y en la compra para abrazar un modelo que optimice la calidad y la eficiencia social, económica y energética en la utilización del parque existente. La insistencia en seguir construyendo nuevos desarrollos residenciales en las periferias y no atender estas nuevas realidades ni las exigencias de descarbonización es, en esencia, un acto de planificación miope.

La sociedad española ha cambiado de manera radical. Las unidades de convivencia ya no responden al modelo tradicional; la diversificación de los hogares, la longevidad, el alargamiento de la vida en solitario, la inestabilidad laboral y el teletrabajo han alterado por completo las necesidades de alojamiento. 

Para abordar estos retos el primer paso es aceptar que el conocimiento actual es insuficiente. Los fenómenos demográficos, lejos de ser variables independientes y estáticas, son elementos de un sistema complejo y dinámico que interactúa directamente con la oferta de vivienda. Es indispensable utilizar herramientas analíticas más sofisticadas y disponer de datos precisos para comprender esta dinámica. Elaborar mejores informes técnicos es un ejercicio de honestidad intelectual y una exigencia de transparencia, imprescindibles para que las políticas públicas no sigan operando “a sentimiento”.

El diagnóstico de nuestro sistema residencial nos confronta con las consecuencias de décadas de políticas cortoplacistas. El modelo de desarrollo urbano del pasado, fuertemente inclinado hacia la expansión incontrolada, ha generado un parque de viviendas que, en muchos casos, es funcionalmente inadecuado o está mal localizado. La paradoja es evidente: mientras miles de hogares luchan por acceder a una vivienda asequible, un relevante porcentaje del parque edificado permanece vacío o inadecuadamente utilizado. Esta inercia estructural es el resultado directo de una desconexión entre las políticas de vivienda y las necesidades reales de los ciudadanos.

Pero un diagnóstico prospectivo muestra ventanas de oportunidad. Las nuevas tecnologías, los cambios en el mercado laboral y la revalorización de la sostenibilidad como principio rector animan a reimaginar el urbanismo. El parque residencial no debe ser visto como un stock inmutable, sino como un recurso adaptable. La rehabilitación, la adecuación funcional de los espacios existentes y la promoción para modelos de convivencia flexibles son las claves para garantizar que la vivienda, por encima de su condición de activo económico, sirva, realmente, para satisfacer el derecho a disfrutar de un alojamiento digno, adecuado y asequible. 

Es urgente articular nuevas iniciativas normativas en materia de vivienda, pero es prioritario un cambio de paradigma. No se puede seguir actuando desde el desconocimiento. La relación entre la dinámica demográfica y la vivienda tiene que ser el foco central para aspirar a un modelo de ciudad inclusivo, sostenible y, sobre todo, con un sistema de provisión de vivienda eficaz y sostenible. 

martes, 12 de agosto de 2025

Reflexión sobre el pasado y el futuro urbanístico de Toledo

 


Recomendamos la lectura de este nuevo artículo de Antonio Zárate publicado en La Tribuna de Toledo. Es una lectura fundamental para comprender la evolución urbana de Toledo. Se trata de un análisis magistral de cómo las decisiones de planificación del pasado, desde la década de 1960 hasta la actualidad, han moldeado la ciudad, especialmente su centro histórico. 
Vincula la historia con los desafíos contemporáneos, proponiendo un “modelo de ciudad: verde, azul, inclusiva y resiliente, con la mirada en el pasado reciente para evitar errores y facilitar la proyección al futuro y la conservación de valores patrimoniales y medioambientales que son soportes de identidad colectiva y de diferenciación ante otras ciudades”.


domingo, 10 de agosto de 2025

EL FUTURO DEMOGRÁFICO DE MADRID ES INDISOCIABLE DEL DE SU REGIÓN FUNCIONAL.


Desde mediados del siglo pasado existen evidencias urbanísticas que señalan a Madrid como el centro dinamizador de una región metropolitana en desarrollo. La aprobación, en 1964, del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid y su Alfoz consolidó la idea, ya expuesta en el Plan de 1946, de que el fenómeno urbano de Madrid trascendía los límites municipales. El reconocimiento del territorio metropolitano fue respaldado en 1968 con la creación de la Comisión de Planeamiento y Coordinación del Área Metropolitana de Madrid (COPLACO), órgano encargado de planificar y coordinar una amplia veintena de municipios, que experimentaban fortísimos crecimientos residenciales y demográficos debidos al efecto expansivo del desarrollo metropolitano de Madrid.

 

Durante la década de 1970 se conceptualizó la existencia de una “región centro”, integrada por la provincia de Madrid y sus cinco provincias colindantes, que progresivamente se va conformando como una gran área funcional. La reorganización territorial en la Constitución de 1978 y la creación de las Comunidades Autónomas supuso la desaparición de COPLACO, limitando oficialmente la “región funcional” de Madrid a sus límites provinciales, establecidos en 1833 por Francisco Javier de Burgos.

Pero el desarrollo metropolitano en torno a Madrid no se ha detenido y la dinámica geodemográfica ejerce desde el principio un marcado protagonismo. La estructura regional se ha visto transformada por la redistribución espacial de la población, con sucesivos desplazamientos centrípetos y centrifugos, que dan lugar a “poblaciones municipales” con elevados ritmos de crecimiento y notables desequilibrios en sus composiciones por edades y rentas

Sin embargo, estos procesos geodemográficos han recibido escasa atención, especialmente en lo concerniente a sus implicaciones sobre la organización económica y social del espacio, la movilidad, el acceso a los servicios y a la vivienda… en un área funcional cuya evaluación no debería restringirse a los límites municipales. Cualquier diagnóstico sobre el futuro de Madrid exige mirar más allá del ámbito municipal; no se puede olvidar que es el centro generador de un espacio regional metropolitano muy dinámico. Algunos aspectos de la dinámica demográfica sólo pueden explicarse en el contexto de ese territorio regional que confiere cierto carácter unitario a la población que en él reside.